lunes, 26 de mayo de 2008

Estresados Cool

Estar Estresado es un ideal en la generación de jóvenes. Estar a full es ser cool. Parece que la gente que respeta tiempos de comidas, que trabaja menos de 12 horas por dia o que duerme la siesta estan "demodé".

A continuación un articulo de Clarín que nota este fenómeno:

Para esta generación, sentirse estresado es un sinónimo de éxito

En vez de tener una connotación negativa, el estrés los hace verse importantes.
Pantalones oxford, anteojos como los de Bono, Topper blancas. Escuchar "El amor después del amor", estar conectado en el Messenger. Pasan los años y las modas mutan en sentido y consistencia. Pero son siempre un reflejo de los tiempos. Sin embargo, ¿alguien hubiera imaginado que estar estresado es una moda cool?Según el mismo relevamiento que describe las preocupaciones sexuales de los jóvenes, el estrés, para los que tienen entre 20 y 24, está relacionado con el éxito y por eso todos quieren padecerlo. "Es un rasgo súper cool", remarca desde su oficina en Miami Carlos García, director del Departamento de Investigación de Mercado de MTV Networks Latinoamérica. Según el estudio, estar estresado es una moda homogénea, que se da en la juventud en casi todo el planeta. Pero atención, no se habla de autoflagelo. "No hay una connotación negativa para ellos. Es un estrés aparente, en realidad no están estresados", explica García. "Es decir, para los chicos, estrés significa tristeza, depresión, cansancio, angustia, pero eso no quiere decir que estén estresados clínicamente", dice García y pone un ejemplo: "Un chico al que lo llama por teléfono su jefe mientras está con amigos se siente más importante que el resto, porque eso supone responsabilidad."Según el estudio, el 65% de los jóvenes de entre 20 y 24 años dice que vive más estresado que su padre a su edad. García agrega que además de la apariencia, en la Argentina hay cosas que realmente preocupan a los jóvenes y que les generan estrés. "Qué hacer de su futuro les ocupa la cabeza mucho rato", comenta. De hecho, el relevamiento muestra que los jóvenes argentinos están preocupados por ser exitosos (68%), por ser felices (66%), por tener un trabajo que les guste aunque ganen menos plata (56%) y por tener reconocimiento (48%). El 39% está pendiente de la competencia: temen tener el trabajo que otros quieren. Para relajarse, dice el estudio, en cada país reaccionan de acuerdo con su idiosincrasia: en Inglaterra beben alcohol y consumen drogas; en Japón, rezan; en Holanda, se masturban; en EE.UU., lloran y comen. En Argentina, los chicos combaten el estrés de manera simple: el 90% escucha música, el 85% mira TV, el 73% chatea o manda mensajes de texto y el 70% duerme. "¿Leer libros? No, nadie", admite García.

viernes, 25 de abril de 2008

¿Cuándo consultar a un psicólogo?

Muchas veces nos preguntamos cuándo hay que hacer terapia y cuándo no. Esta pequeña pregunta encierra una gran dificultad, que a veces ni los mismos psicólogos nos ponemos de acuerdo para responderla.

Yo separaría en dos grandes grupos. En el primero están las personas que tienen un trastorno o enfermedad y por su condición necesitan cierto apoyo para sobreponerse. Por ejemplo quienes tienen miedo de subir a un avión (fobia) o aquellos que padecen problemas de alimentación como bulimia o anorexia, entre otros.

El otro gran grupo está conformado por personas que no tienen un trastorno clínico pero están atravesando por un momento de crisis vital. Por ejemplo, un adolescente que termina la secundaria y necesita elegir qué carrera seguir. O un matrimonio que no funciona. O alguien que perdió un ser querido.

Pero también hay gente que no cae en ninguno de los dos grupos e igual decide hacer terapia. Esto sucede mucho acá en Buenos Aires, pero no pasa en todos lados. Además de ser unas de las ciudades con más psicólogos del mundo, a la gente en general le gusta hacer terapia o ser analizada. La psicología pega fuerte en los porteños

El psicólogo puede ser visto de distinta maneras: desde un gran filósofo que nos ayuda a pensar temas existenciales hasta un técnico que nos ajusta las tuercas sueltas. Existen dentro de la psicología muchos tipos de enfoques que pueden ayudar a la gente. Lo importante es encontrar el mejor para cada uno.



  • Artículo Publicado en Revista Benei Tikvá Abril 2008

lunes, 10 de marzo de 2008

¿Y si la cortamos?






Al principio, en mi época de estudiante de psicología pensaba que esto de analizar incansablemente a la gente con comentarios que creíamos tan afilados como doctos era un mal que nos aquejaba sólo a nosotros. "Es un obsesivo", "goza en su masoquismo", "ellos tienen una relación especular" o “lo tuyo es estructural", eran comentarios recurrentes.
Claro que, luego de que la familia y los conocidos soportaran esto durante años, finalmente nos recibimos. Y, terapia de por medio, nos dimos cuenta de que el verdadero análisis se hace en el consultorio. Uno ya no tiene ganas de regalar su trabajo o sus ideas porque sí.
De todas formas, percibo en mi entorno que no hace falta ser psicólogo, psicopedagogo o egresado de alguna carrera relacionada para lanzar estas esquirlas de psicoanálisis silvestre. Cualquiera se le anima -desde el taxista, hasta el abogado, pasando por la ama de casa- con total impunidad y descaro.
El problema es que más allá de todo -más allá de regalar nuestro trabajo, nuestra sapiencia, más allá de que no haya ningún biógrafo para rescatar nuestras frases tan sabias y profundas- no sabemos u olvidamos que un análisis sin ser pedido o fuera de lugar es una agresión. Sí, señores y señoras: es una agresión que analicemos a alguien sin su permiso ni su consentimiento, de prepo, y soltemos una frase así como así. Así que, ¿y si la cortamos?